jueves, 10 de junio de 2010

FABULA "El monje que vendió su Ferrari"


"Estas sentado en mitad de un espléndido y exhuberante jardín. Este jardín está lleno de las flores más espectaculares que has visto nunca. El entorno es extraodinariamente tranquilo y callado. Saborea los sensuales placeres de este jardín y piensa que tienes todo el tiempo del mundo para disfrutar de este oasis. Al mirar alrededor ves que en mitad del jardín mágico hay un imponente faro rojo de seis pisos de alto. De repente, el silencio del jardín se ve interrumpido por un chirrido fuerte cuando la puerta del faro se abre. Aparece entonces un luchador de sumo japonés -mide casi tres metros y peso cuatrocientos kilo- vestido sólo con un cable de alambre de color rosa de taparrabos que avanza indiferente hacia el centro del jardín.

Cuando el luchador de sumo empieza a moverse por el jardín, encuentra un reluciente cronómetro de oro que alguien olvido muchos años atrás. Resbala y al momento cae con un golpe sordo. El luchador de sumo queda inconsciente en el suelo, inmóvil. Cuando ya parece que ha exhalado su último aliento el luchador despierta, quien sabe si movido por la fragancia de unas rosas amarillas que florecen cerca de allí. Con nuevas energías, el luchador se pone rapidamente de pie y mira intuitivamente hacia la izquierda. Lo que ve le sorprende mucho. A través de las matas que hay al borde del jardín observa un laargo y serpenteante camino cubierto por millones de hermosos diamantes. Algo impulsa al luchador a tomar esa senda y dicho sea en su honor, así lo hace. Ese camino le lleva por la senda de la alegria perdurable y la felicidad eterna"

EXTRACTO LITERAL DE "El monje que vendió su Ferrari"

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